sábado, 5 de maio de 2012
Poesia
Por una senda van
César López • La Habana
Desde los inicios. Cuando se encontraron dos ámbitos culturales distantes que se unieron, los vínculos quedaron establecidos no sin dificultades, incomprensiones, crueldades y tristezas. Pero hubo constantemente un equilibrio de referencias y admiración. Respeto mutuo. Por eso la memoria se establece y América cuando contempla a España encuentra lo verdadero, “la España de la rabia y de la idea”; y rechaza lo festinado y banal; “la de charanga y pandereta”. Ha sido así. Siempre venciendo el tiempo y las calamidades transitorias porque de insistir en dicho aspecto tendría razón el mismo poeta cuando afirmaba “El vano ayer engendró un mañana vacío y, por ventura, pasajero”.
Foto: Liborio Noval
No es aconsejable entonces la enajenación, tampoco es posible; y llevaría a una gran falla moral e histórica. Sería gran confusión prestar atención desmesurada a lo que pudiera separar, en vez de insistir en la comprensión que vincula y al mismo tiempo respeta las diferencias.
¡Patria querida, pueblo desdichado,
no temas ni imagines que delire
de lo que debo hacer, en ti engendrado,
ni que promesa o miedo me retire,
ora me falte el suelo, el cielo, el hado,
ora a vencerme todo el mundo aspire,
que imposible será que yo no haga
a tu valor la merecida paga!...
Ya Cervantes lo había comprendido al mirar hacia atrás; y la lección se ensancha en la inteligencia, el amor, el compromiso…
Por eso llegamos a la cercanía de los creadores que continuaron el sacrificio y aumentaron por ello la admiración de América, su lealtad capaz de discernir entre lo falso y lo verdadero, el error y el disparate. Lo demás ha de quedar al margen; sin olvido, pero con cabal entendimiento.
Ese camino está bien señalado y conducirá a lo mejor con el esfuerzo lúcido de todos. En cada sitio o lado, en lo mejor del espacio que nunca será ignorado por el tiempo.
Tierra de promisión y de bonanza
volverá a ser la tierra
No es solo un nombre único el invocado, Miguel Hernández, son muchos y a veces no quedan certificados por la historia y los historiadores; pero se les siente; y por ellos hablan los poetas desde cualquier época y lugar. España tiene en sus voces más próximas la hermosura de la verdad. He ahí el recuerdo y la memoria. Entendida la lección solidaria de tantos amigos de antes y de ahora.
¡Cómo no traer los nombres de la generación poética del 27! Aunque no se confeccione lista alguna. Se conocen y se les rinde reverencia meritoria. Ellos no solo asumieron las grandes tradiciones previas, si bien con las rupturas lógicas y necesarias, sino que también acogieron a sus colegas de la América Nuestra como hermanos suyos. Y además abrieron el camino a los coetáneos para que triunfase el amor, la justicia. Ese es el compañero. Asiste y se multiplica. Está, están presentes y se les admira a cada momento. Y desde aquí, en todos los rincones que nos unen, podemos decir a cada uno. Compañero. Honrado por su actitud, que ha de ser libre, bondadosa y justa en el “vasto dominio” establecido por la verdad.
Y si únicamente se anota y subraya con insistencia a Miguel Hernández es por honrar y celebrar el Centenario, la Primera Secularidad del nacimiento compartido e insular de José Lezama Lima, y para integrar unánimemente, con todos ellos, el coro, de este lado, el lado del Amor y el modo justo de ser, estar y actuar. De muchos, de la mayoría. Con la confianza en la España verdadera desde la Isla de Cuba y Nuestra América.
A las aladas almas de la rosa
del almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero
La Habana, mayo del
(La Jiribilla)
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