quinta-feira, 13 de março de 2014

Comunicado

Comunico aos meus milhões de leitores que estivemos fora do ar devido a problemas na área de informática. Queira deus que isto n se repita. Palavra de um ateu!

Pensamentando

Estive a ler uma matéria de jornal sobre o episódio da professora universitária, da PUC-Rio de Janeiro, que postou foto de um cidadão “popular” no saguão do Aeroporto Santos Dumont, Zona Sul do Rio, onde criticava os trajes do homem que vestia camiseta regata e bermuda. A descrição da página diz: "Viramos uma rodoviária, perdemos o glamour?”. Ou seja, para essa senhora viajar de avião seria chique mas viajar de ônibus seria humilhante. Concebe-se que este discurso, sem noção, é amplamente absorvido pela tragédia brasileira, histórica, construída com o caldo da ignorância, do privilégio e da exclusão com os resquícios da colonização portuguesa que introduziu a importação de seres humanos escravizados para o Brasil, mas mantendo uma classe dominante predominantemente branca, bronca e racista . Nessa mesma linha, muitos brasileiros fazem a maior festa pelo fato de entrarem em uma faculdade. Cremos que isso se traduz pela cultura da distinção. Outros tantos brasileiros não tem a mínima preocupação se o curso é ruim. Se o professor é picareta e faltoso. Se não há critério pedagógico. Se não é preciso ler o texto exigido no programa para passar na prova. Ou se a prova é mera formalidade e se passa assim mesmo ou se passa assim mesmo na base do PP. (pagou, passou). Por isso há comemoração mesmo que se saia do curso com a mesma bagagem cultural, intelectual e técnica de quando se entrou na faculdade e com a mesma condição que nasceu: A de indigente intelectual, insensível socialmente, sem visão minimamente crítica ou sofisticada sobre a sua realidade, do mundo atual e seus conflitos. É por isso que existe tanto médico que não sabe operar. Tanto advogado que não sabe escrever ou interpretar um texto. Tanto psicólogo que não conhece Freud ou Jung. Tanto jornalista que não lê jornal. Já vimos, por exemplo, coordenador de curso gritar, em dia de formatura, como líder de torcida em dia de jogo: “vocês, formandos, são privilegiados. Venceram na vida. Fazem parte de uma parcela minoritária e privilegiada da população”. Por trás desse discurso está uma lógica perversa de dominação. Uma lógica que permite colocar os operários e trabalhadores braçais em seu devido lugar. Por aqui no Brasil, não nos satisfazemos em contratar serviços que não queremos fazer, como lavar, passar, enxugar o chão, lavar a privada, pintar as unhas ou trocar a fralda e dar banho nos filhos. Aproveita-se, até a última ponta, o gosto de dizer: “estou te pagando e enquanto estou pagando eu mando e você obedece”. Para quê chamar a atenção do garçom com discrição se o "distinto" pode fazer um escarcéu se pediu batata-fria e ele entregou mandioca frita? Ao lembrar ao trabalhador que ele é o serviçal, o "doutor" está querendo lembrar a todos que ele estudou, que é formado e trabalhou para sentar à mesa de restaurante e, nessa condição, merece ser servido. No entanto, é de se dizer e aprender: Pobre do país cujos diplomados servem, na maioria dos casos, para corroborar essas posições. Na hipótese aventada, disseram que o doutor preferiu viajar de navio para as Bermudas. Fonte: R7

sábado, 8 de fevereiro de 2014

Kafka

Un médico rural Franz Kafka Estaba muy preocupado; debía emprender un viaje urgente; un enfermo de gravedad me estaba esperando en un pueblo a diez millas de distancia; una violenta tempestad de nieve azotaba el vasto espacio que nos separaba; yo tenía un coche, un cochecito ligero, de grandes ruedas, exactamente apropiado para correr por nuestros caminos; envuelto en el abrigo de pieles, con mi maletín en la mano, esperaba en el patio, listo para marchar; pero faltaba el caballo... El mío se había muerto la noche anterior, agotado por las fatigas de ese invierno helado; mientras tanto, mi criada corría por el pueblo, en busca de un caballo prestado; pero estaba condenada al fracaso, yo lo sabía, y a pesar de eso continuaba allí inútilmente, cada vez más envarado, bajo la nieve que me cubría con su pesado manto. En la puerta apareció la muchacha, sola, y agitó la lámpara; naturalmente, ¿quién habría prestado su caballo para semejante viaje? Atravesé el patio, no hallaba ninguna solución; distraído y desesperado a la vez, golpeé con el pie la ruinosa puerta de la pocilga, deshabitada desde hacía años. La puerta se abrió, y siguió oscilando sobre sus bisagras. De la pocilga salió una vaharada como de establo, un olor a caballos. Una polvorienta linterna colgaba de una cuerda. Un individuo, acurrucado en el tabique bajo, mostró su rostro claro, de ojitos azules. -¿Los engancho al coche? -preguntó, acercándose a cuatro patas. No supe qué decirle, y me agaché para ver qué había dentro de la pocilga. La criada estaba a mi lado. -Uno nunca sabe lo que puede encontrar en su propia casa -dijo ésta. Y ambos nos echamos a reír. -¡Hola, hermano, hola, hermana! -gritó el palafrenero, y dos caballos, dos magníficas bestias de vigorosos flancos, con las piernas dobladas y apretadas contra el cuerpo, las perfectas cabezas agachadas, como las de los camellos, se abrieron paso una tras otra por el hueco de la puerta, que llenaban por completo. Pero una vez afuera se irguieron sobre sus largas patas, despidiendo un espeso vapor. -Ayúdalo -dije a la criada, y ella, dócil, alargó los arreos al caballerizo. Pero apenas llegó a su lado, el hombre la abrazó y acercó su rostro al rostro de la joven. Esta gritó, y huyó hacia mí; sobre sus mejillas se veían, rojas, las marcas de dos hileras de dientes. -¡Salvaje! -dije al caballerizo-. ¿Quieres que te azote? Pero luego pensé que se trataba de un desconocido, que yo ignoraba de dónde venía y que me ofrecía ayuda cuando todos me habían fallado. Como si hubiera adivinado mis pensamientos, no se mostró ofendido por mi amenaza y, siempre atareado con los caballos, sólo se volvió una vez hacia mí. -Suba -me dijo, y, en efecto, todo estaba preparado. Advierto entonces que nunca viajé con tan hermoso tronco de caballos, y subo alegremente. -Yo conduciré, pues tú no conoces el camino -dije. -Naturalmente -replica-, yo no voy con usted: me quedo con Rosa. -¡No! -grita Rosa, y huye hacia la casa, presintiendo su inevitable destino; aún oigo el ruido de la cadena de la puerta al correr en el cerrojo; oigo girar la llave en la cerradura; veo además que Rosa apaga todas las luces del vestíbulo y, siempre huyendo, las de las habitaciones restantes, para que no puedan encontrarla. -Tú vendrás conmigo -digo al mozo-; si no es así, desisto del viaje, por urgente que sea. No tengo intención de dejarte a la muchacha como pago del viaje. -¡Arre! -grita él, y da una palmada; el coche parte, arrastrado como un leño en el torrente; oigo crujir la puerta de mi casa, que cae hecha pedazos bajo los golpes del mozo; luego mis ojos y mis oídos se hunden en el remolino de la tormenta que confunde todos mis sentidos. Pero esto dura sólo un instante; se diría que frente a mi puerta se encontraba la puerta de la casa de mi paciente; ya estoy allí; los caballos se detienen; la nieve ha dejado de caer; claro de luna en torno; los padres de mi paciente salen ansiosos de la casa, seguidos de la hermana; casi me arrancan del coche; no entiendo nada de su confuso parloteo; en el cuarto del enfermo el aire es casi irrespirable, la estufa humea, abandonada; quiero abrir la ventana, pero antes voy a ver al enfermo. Delgado, sin fiebre, ni caliente ni frío, con ojos inexpresivos, sin camisa, el joven se yergue bajo el edredón de plumas, se abraza a mi cuello y me susurra al oído: -Doctor, déjeme morir. Miro en torno; nadie lo ha oído; los padres callan, inclinados hacia adelante, esperando mi sentencia; la hermana me ha acercado una silla para que coloque mi maletín de mano. Lo abro, y busco entre mis instrumentos; el joven sigue alargándome las manos, para recordarme su súplica; tomo un par de pinzas, las examino a la luz de la bujía y las deposito nuevamente. "Sí" pienso indignado, "en estos casos los dioses nos ayudan, nos mandan el caballo que necesitamos y, dada nuestra prisa, nos agregan otro. Además, nos envían un caballerizo..." En aquel preciso instante me acuerdo de Rosa. ¿Qué hacer? ¿Cómo salvarla? ¿Cómo rescatar su cuerpo del peso de aquel hombre, a diez millas de distancia, con un par de caballos imposibles de manejar? Esos caballos que no sé cómo se han desatado de las riendas, que se abren paso ignoro cómo; que asoman la cabeza por la ventana y contemplan al enfermo, sin dejarse impresionar por las voces de la familia. -Regresaré en seguida -me digo como si los caballos me invitaran al viaje. Sin embargo, permito que la hermana, que me cree aturdido por el calor, me quite el abrigo de pieles. Me sirven una copa de ron; el anciano me palmea amistosamente el hombro, porque el ofrecimiento de su tesoro justifica ya esta familiaridad. Meneo la cabeza; estallaré dentro del estrecho círculo de mis pensamientos; por eso me niego a beber. La madre permanece junto al lecho y me invita a acercarme; la obedezco, y mientras un caballo relincha estridentemente hacia el techo, apoyo la cabeza sobre el pecho del joven, que se estremece bajo mi barba mojada. Se confirma lo que ya sabía: el joven está sano, quizá un poco anémico, quizá saturado de café, que su solícita madre le sirve, pero está sano; lo mejor sería sacarlo de un tirón de la cama. No soy ningún reformador del mundo, y lo dejo donde está. Soy un vulgar médico del distrito que cumple con su deber hasta donde puede, hasta un punto que ya es una exageración. Mal pagado, soy, sin embargo, generoso con los pobres. Es necesario que me ocupe de Rosa; al fin y al cabo es posible que el joven tenga razón, y yo también pido que me dejen morir. ¿Qué hago aquí, en este interminable invierno? Mi caballo se ha muerto y no hay nadie en el pueblo que me preste el suyo. Me veré obligado a arrojar mi carruaje en la pocilga; si por casualidad no hubiese encontrado esos caballos, habría tenido que recurrir a los cerdos. Esta es mi situación. Saludo a la familia con un movimiento de cabeza. Ellos no saben nada de todo esto, y si lo supieran, no lo creerían. Es fácil escribir recetas, pero en cambio es un trabajo difícil entenderse con la gente. Ahora bien, acudí junto al enfermo; una vez más me han molestado inútilmente; estoy acostumbrado a ello; con esa campanilla nocturna todo el distrito me molesta, pero que además tenga que sacrificar a Rosa, esa hermosa muchacha que durante años vivió en mi casa sin que yo me diera cuenta cabal de su presencia... Este sacrificio es excesivo, y tengo que encontrarle alguna solución, cualquier cosa, para no dejarme arrastrar por esta familia que, a pesar de su buena voluntad, no podrían devolverme a Rosa. Pero he aquí que mientras cierro el maletín de mano y hago una señal para que me traigan mi abrigo, la familia se agrupa, el padre olfatea la copa de ron que tiene en la mano, la madre, evidentemente decepcionada conmigo -¿qué espera, pues, la gente?- se muerde, llorosa, los labios, y la hermana agita un pañuelo lleno de sangre; me siento dispuesto a creer, bajo ciertas condiciones, que el joven quizá está enfermo. Me acerco a él, que me sonríe como si le trajera un cordial... ¡Ah! Ahora los dos caballos relinchan a la vez; ese estrépito ha sido seguramente dispuesto para facilitar mi auscultación; y esta vez descubro que el joven está enfermo. El costado derecho, cerca de la cadera, tiene una herida grande como un platillo, rosada, con muchos matices, oscura en el fondo, más clara en los bordes, suave al tacto, con coágulos irregulares de sangre, abierta como una mina al aire libre. Así es como se ve a cierta distancia. De cerca, aparece peor. ¿Quién puede contemplar una cosa así sin que se le escape un silbido? Los gusanos, largos y gordos como mi dedo meñique, rosados y manchados de sangre, se mueven en el fondo de la herida, la puntean con sus cabecitas blancas y sus numerosas patitas. Pobre muchacho, nada se puede hacer por ti. He descubierto tu gran herida; esa flor abierta en tu costado te mata. La familia está contenta, me ve trabajar; la hermana se lo dice a la madre, ésta al padre, el padre a algunas visitas que entran por la puerta abierta, de puntillas, a través del claro de luna. -¿Me salvarás? -murmura entre sollozos el joven, deslumbrado por la vista de su herida. Así es la gente de mi comarca. Siempre esperan que el médico haga lo imposible. Han perdido la antigua fe; el cura se queda en su casa y desgarra sus ornamentos sacerdotales uno tras otro; en cambio, el médico tiene que hacerlo todo, suponen ellos, con sus pobres dedos de cirujano. ¡Como quieran! Yo no les pedí que me llamaran; si pretenden servirse de mí para un designio sagrado, no me negaré a ello. ¿Qué cosa mejor puedo pedir yo, un pobre médico rural, despojado de su criada? Y he aquí que empiezan a llegar los parientes y todos los ancianos del pueblo, y me desvisten; un coro de escolares, con el maestro a la cabeza, canta junto a la casa una tonada infantil con estas palabras: Desvístanlo, para que cure, y si no cura, mátenlo. Sólo es un médico, sólo es un médico... Mírenme: ya estoy desvestido, y, mesándome la barba y cabizbajo, miro al pueblo tranquilamente. Tengo un gran dominio sobre mí mismo; me siento superior a todos y aguanto, aunque no me sirve de nada, porque ahora me toman por la cabeza y los pies y me llevan a la cama del enfermo. Me colocan junto a la pared, al lado de la herida. Luego salen todos del aposento; cierran la puerta, el canto cesa; las nubes cubren la luna; las mantas me calientan, las sombras de las cabezas de los caballos oscilan en el vano de las ventanas. -¿Sabes -me dice una voz al oído- que no tengo mucha confianza en ti? No importa cómo hayas llegado hasta aquí; no te han llevado tus pies. En vez de ayudarme, me escatimas mi lecho de muerte. No sabes cómo me gustaría arrancarte los ojos. -En verdad -dije yo-, es una vergüenza. Pero soy médico. ¿Qué quieres que haga? Te aseguro que mi papel nada tiene de fácil. -¿He de darme por satisfecho con esa excusa? Supongo que sí. Siempre debo conformarme. Vine al mundo con una hermosa herida. Es lo único que poseo. -Joven amigo -digo-, tu error estriba en tu falta de empuje. Yo, que conozco todos los cuartos de los enfermos del distrito, te aseguro: tu herida no es muy terrible. Fue hecha con dos golpes de hacha, en ángulo agudo. Son muchos los que ofrecen sus flancos, y ni siquiera oyen el ruido del hacha en el bosque. Pero menos aún sienten que el hacha se les acerca. -¿Es de veras así, o te aprovechas de mi fiebre para engañarme? -Es cierto, palabra de honor de un médico juramentado. Puedes llevártela al otro mundo. Aceptó mi palabra, y guardó silencio. Pero ya era hora de pensar en mi libertad. Los caballos seguían en el mismo lugar. Recogí rápidamente mis vestidos, mi abrigo de pieles y mi maletín; no podía perder el tiempo en vestirme; si los caballos corrían tanto como en el viaje de ida, saltaría de esta cama a la mía. Dócilmente, uno de los caballos se apartó de la ventana; arrojé el lío en el coche; el abrigo cayó fuera, y sólo quedó retenido por una manga en un gancho. Ya era bastante. Monté de un salto a un caballo; las riendas iban sueltas, las bestias, casi desuncidas, el coche corría al azar y mi abrigo de pieles se arrastraba por la nieve. -¡De prisa! -grité-. Pero íbamos despacio, como viajeros, por aquel desierto de nieve, y mientras tanto, de nuevo el canto de los escolares, el canto de los muchachos que se mofaban de mí, se dejó oír durante un buen rato detrás de nosotros: Alégrense, enfermos, tienen al médico en su propia cama. A ese paso nunca llegaría a mi casa; mi clientela está perdida; un sucesor ocupará mi cargo, pero sin provecho, porque no puede reemplazarme; en mi casa cunde el repugnante furor del caballerizo; Rosa es su víctima; no quiero pensar en ello. Desnudo, medio muerto de frío y a mi edad, con un coche terrenal y dos caballos sobrenaturales, voy rodando por los caminos. Mi abrigo cuelga detrás del coche, pero no puedo alcanzarlo, y ninguno de esos enfermos sinvergüenzas levantará un dedo para ayudarme. ¡Se han burlado de mí! Basta acudir una vez a un falso llamado de la campanilla nocturna para que lo irreparable se produzca. (argenpress cultural)

Sexo

Proibido para caretas: 10 maneiras de evitar que o sexo caia na rotina Intimidade é algo que se constrói em conjunto, no decorrer do tempo. No sexo, via de regra, quanto mais íntimo você se torna do seu parceiro, mais fácil será de lhe dar prazer e agradá-lo, na cama. Quando se conhece perfeitamente os gostos e vontades, os detalhes do corpo, as preferências e segredos do outro, a tendência é que as transas se tornem mais proveitosas. Aquele momento íntimo ao lado da pessoa que partilha do seu cotidiano se torna também um espaço de demonstração de carinho, de afeto. Uma ocasião para desempenhar aquilo que só você é capaz de fazer pelo outro. Uma situação de cumplicidade que apenas vocês dois compartilham. Por isso dizem que sexo com amor é mais gostoso. É verdade. Pena que, assim como tudo mais em um relacionamento, o sexo tende a cair na rotina. O casal descobre que, em certa posição, seus corpos se encaixam melhor e o orgasmo é alcançado com mais facilidade. Então, a tendência é acostumar a fazer sempre daquele jeito. As pessoas se acomodam. Dessa forma, toda a intimidade conquistada com o tempo é capaz de tornar aquele momento de prazer repetitivo e tedioso. Sem novidades, a relação cai no marasmo. Para evitar de estragar esse momento que deveria ser especial em um relacionamento amoroso – o sexo – é importante ser criativo e também proativo. Reconquistar o parceiro a cada dia. Entrar em sintonia, afinar interesses, mas também inovar e trazer uma dose de frescor para o cotidiano do casal. Vamos pensar em algumas ideias para evitar que a transa entre no piloto automático e se torne um ato mecânico? 1# Verbalize seus desejos Não tenha vergonha ou receios de falar o que pensa. Não tema errar na dose – faz parte. Afinal, você está do lado de alguém que te aceita como é. Conhecer as taras e fetiches do outro desperta suas próprias vontades. Receber uma mensagem erótica e saber que aquela pessoa te deseja e está pensando em você vai te fazer planejar um encontro voraz. Ouvir, na hora do sexo, aquilo que se passa na cabeça do parceiro, ajuda incitar vontades e também concretizá-las. Por mais estranho que possa parecer sua fantasia, não guarde para você. Divida. 2# Desbrave o corpo do outro Cada pedacinho do nosso organismo possui uma sensibilidade diferente. Tente morder de leve a parte fofa da digital dos dedos do seu companheiro, um por um. É uma tática sutil para despertar desejo sexual. Os pés possuem uma série de terminações nervosas que fazem deles zonas erógenas poderosas. Há diversas formas de se tocar nossas partes do corpo e a melhor maneira de saber o efeito de cada tipo de toque e pressão é experimentar. Não negligencie nenhum pedaço do seu corpo. Você pode se surpreender com o efeito da estimulação daquele cantinho aparentemente inofensivo. 3# Nunca deixe de aprender (e ensinar) Sexo é um momento de aprendizado. Ao se desnudar, você se torna um objeto de experimentações do parceiro – como um livro aberto. Ao mostrar para o outro aquilo que sabe ou como mais gosta de cada coisa, você permite que ele lhe dê prazer de forma mais efetiva. A troca de fluidos é também uma troca de experiências. Seja professor do seu parceiro, na cama. Puxe suas mãos e sua boca para onde mais lhe apetece. Diga como fazer para te estimular e faça demonstrações. Não deixe de ficar atento para os pontos de maior sensibilidade do outro e seus momentos de mais prazer. 4# Dance A dança é um ato sedutor. Quadris femininos têm poderes hipnóticos, quando se movimentam diante dos olhos. O homem também, ao puxar o corpo dela para junto do seu e conduzir seu requebrado no ritmo da música, exerce grande poder de atração com seu bailado. Escolha músicas que mexem com você e coloque-as para embalar o momento do sexo. O compasso do som irá ritmar seus movimentos. Aquela melodia ainda deverá provocar a lembrança dos momentos a dois, posteriormente. 5# Explore novos espaços O quarto possui todo o conforto e aconchego ideais para uma boa transa. Mas não dá para restringir o sexo àquele espaço fechado, diante de um mundo tão grande ao nosso redor. A sala tem os sofás macios e as estantes que nos permitem algumas acrobacias. Sentar-se no mármore da cozinha ou se deitar no azulejo do banheiro refresca, em um dia de calor. Terminar uma noitada num quarto de motel com banheira de hidromassagem ajuda a relaxar. Espaços públicos despertam fetiches. O perigo de ser pego é afrodisíaco. Viajar com o seu amor deve incitar o clima de romance. E nada mais romântico que sexo ao ar livre, numa praia deserta ou no meio do mato. 6# Assista pornografia a dois Filmes pornô desenvolvem a criatividade na cama. É gostoso de assistir seja juntos ou separados. Conhecer o conteúdo erótico que desperta interesse no seu parceiro é, também, uma boa forma de descobrir aquilo que ele mais gosta. Uma boa maneira de compartilhar fantasias e planejar atividades divertidas na vida sexual a dois. 7# Use brinquedos eróticos As mais variadas sensações estão à venda nas prateleiras das sex shops. A cosmética erótica oferece uma gama de sabores e texturas para todos os gostos. Quanto mais produtos você experimentar, mais deverá descobrir formas de se dar prazer e estimular o corpo do parceiro. A indústria do sexo não se cansa de desenvolver novas tecnologias para nos levar ao clímax. Então por que ficar só no dedinho? 8# Promova bagunças Convide os amigos ou amigas mais safados para participar da sua vida sexual com seu parceiro, mesmo que ocasionalmente. Se não quiser envolver conhecidos ou não conhecer ninguém que se interesse por sexo grupal, vá ao swing. Baladas comuns também estão cheias de pessoas com a sexualidade aflorada – basta olhar atentamente para achá-las. Aquele casal de amigos desinibidos pode ter o mesmo desejo que vocês de troca de casais. Agora, se você mesmo prefere não dividir seu parceiro, pense em como vocês podem fazer uma boa diversão juntos, por aí. 9# Seduza diariamente É possível agradar com pequenos gestos. Uma flor buscada no caminho para a casa dela. Uma fotografia sensual enviada no meio da tarde. Um doce deixado na mesa antes de sair. Olhe nos olhos do outro, quando desejar falar algo mais especial. Ensaie movimentos sedutores e palavras bonitas. Assim o seu parceiro ficará cada dia mais apaixonado por você. 10# Faça produções especiais Cuide da decoração da casa para esperar a chegada do seu parceiro. Acenda velas. Prepare um jantar de sabores afrodisíacos. Use perfumes de aromas envolventes, capazes de impregnar nas roupas do outro. As mulheres podem caprichar na lingerie e maquiagem. Fazer depilação total, para variar. Eles podem comprar uma cueca mais bonita, estampada, uma camiseta mais justa, que demarque os músculos. Crie o ambiente e a situação que vai ficar marcada na memória. Seu amor merece um ato mecânico? Sobre a Autora Lasciva nunca foi capaz de reprimir sua libido. Então decidiu explorar os aspectos mais íntimos da sua sexualidade e registrar tudo o que a excita em forma de palavras. Elas estão em lasciva.blog.br. Para acompanhar suas perversões diárias, siga-a no Twitter: @_lasciva. (Tudo em cima)

Mutilação Feminina

Religião ou saúde não são razões para mutilação de mulheres e meninas por Mônica Villela Grayley, da Rádio ONU ONU marca Dia Internacional de Tolerância Zero à Mutilação Genital. Foto: ONU Mensagem de Ban Ki-moon marca Dia Internacional de Tolerância Zero à Mutilação Genital, neste 6 de fevereiro; Guiné-Bissau é citada por lei contra a prática, que afeta mais de 125 milhões de pessoas, a maioria na África. As Nações Unidas marcam nesta quinta-feira o Dia Internacional de Tolerância Zero à Mutilação Genital. Em mensagem, o Secretário-Geral da ONU afirmou que a data é uma oportunidade de lutar pelo fim da prática, que afeta mais de 125 milhões de meninas e mulheres no mundo. A maioria na África. Ban disse que o mundo precisa preservar o que é bom em cada cultura e deixar o que é ruim para trás. Muito defensores da mutilação feminina alegam que a prática é uma questão de costume e tradição. Mas segundo o chefe da ONU não existe nenhuma razão religiosa, de saúde ou desenvolvimento que possa justificar que uma menina ou mulher seja mutilada. Para Ban, qualquer tradição que rebaixe ou humilhe um ser humano tem que ser erradicada. A mutilação, também conhecida como circuncisão feminina, causa danos graves além de possibilidades de infecções, complicações na gravidez e no parto que podem levar à mort Guiné-Bissau Pelo menos 29 países na África e no Oriente Médio já registraram a prática. Há relatos de que a mutilação também ocorra em comunidades de migrantes fora do continente africano. Segundo especialistas, se a prática permanecer até 2030, 86 milhões de meninas e mulheres poderão se tornar vítimas. Mas Ban também ressaltou avanços no combate à mutilação genital. Ele citou a Guiné-Bissau, ao lado de Uganda e do Quênia, como um dos países que adotaram leis contra a prática. O chefe da ONU lembrou ainda prisões efetuadas na Etiópia contra autores da mutilação genital feminina. Assembleia Geral Já no Sudão, uma campanha batizada de Saleema, inspirou um pai a não circuncidar a filha. Em árabe, a palavra significa intocável. Para ajudar às mulheres que já passaram pela prática, a ONU está organizando ações com agências parceiras para recuperar os danos físicos causados às vítimas da mutilação genital. Ban lembrou que a resolução da Assembleia Geral sobre o Dia Internacional de Tolerância Zero à prática foi apoiada por todos os países africanos. Segundo ele, o desafio da organização agora é angariar o apoio da opinião pública e criar mecanismos de ajuda a todas as mulheres e meninas afetadas pelo risco da mutilação. * Apresentação: Edgard Júnior. ** Publicado originalmente no site Rádio ONU. (Rádio ONU)

sexta-feira, 7 de fevereiro de 2014

Anivaldo Padilha

(*) Publicado originalmente no Jornal GGN Em determinado momento, para atacar Fernando Henrique Cardoso, críticos apontaram as armas da difamação contra dona Ruth Cardoso. Foi uma ignomínia, repudiada por todas as pessoas responsáveis da política. Os ataques sofridos por Anivaldo Padilha, pelo fato de ser pai do Ministro Alexandre Padilha, são do mesmo nível. Mais ainda: Anivaldo tem uma história ainda mais rica que a de dona Ruth. Clique aqui para um pouco da sua história na Igreja Metodista. Clique aqui para seu depoimento sobre o projeto “Brasil Nunca Mais”. Nos anos 70, foi uma das figuras centrais da resistência contra a tortura, na condição de representante do Conselho Mundial das Igrejas (http://tinyurl.com/m99w3s5). Exilado, foi figura chave do inesquecível arco ecumênico que juntou a Igreja Católica de Dom Paulo, a comunidade judaica de Henry Sobel, a Igreja presbiteriana de Jaime Wright e a esquecida Assembleia de Deus. Foi preso, torturado, exilado e sequer pode assistir ao nascimento do seu filho Alexandre Padilha. Graças a ele foram preservados os principais documentos da tortura, englobados no projeto Brasil Nunca Mais. De volta ao Brasil, em nenhum momento perdeu de vista a busca do bem comum. A ONG fundada por ele – e por outros grandes brasileiros, como Betinho e Rubens Alves – tem 20 anos de existência e faz um trabalho excepcional junto a comunidades negras, quilombolas, seja para questões de inclusão, saúde etc (http://www.koinonia.org.br/default.asp). Tem reconhecimento internacional. Nesse período, a ONG firmou convênios, parcerias e contratos de cooperação com os principais organismos internacionais, como o Escritório das Nações Unidas contra Drogas e Crime (UNODC), União Europeia, Ford Foundation (EUA), Christian Aid (Reino Unido), Church World Service (EUA), Conselho Mundial de Igrejas (Suiça), Igreja Unida do Canadá, Igreja Anglicana do Canadá, ACT Alliance, Igreja da Suécia, Canadian Foodgrains Bank, Norwegian Church Aid, entre outros. Mais: em 2013, 89% de seu financiamento saíram de fontes internacionais ou privadas. Todas essas informações foram ignoradas na matéria da Folha, assim como a informação de que Anivaldo deixou de ser executivo remunerado da ONG quando seu filho assumiu o cargo de Secretário de Relações Institucionais da Presidência da República. Uma ONG de reputação internacional foi tratada como uma ONG qualquer, atrás de boquinhas das verbas públicas e um brasileiro histórico sendo alvo de assassinato de reputação: A manchete da Folha foi assim: “Padilha faz convênio com ONG fundada por seu pai” – Pré-candidato do PT ao governo paulista, o ministro Alexandre Padilha (Saúde) assinou convênio de R$ 199,8 mil com ONG que tem seu pai como sócio e fundador. Em pouco tempo, a matéria foi repercutida por diversos veículos, lançando a mancha da suspeita sobre uma figura inatacável: Veja: Padilha assina convênio com ONG fundada pelo pai, diz jornal. “Prestes a deixar o Ministério da Saúde para disputar o governo de São Paulo, Alexandre Padilha não apenas se utilizou da cadeia nacional da rádio e televisão para fazer campanha antecipada como assinou convênio no valor de 199.800 reais com uma entidade da qual seu pai, Anivaldo Pereira Padilha, é sócio e fundador. Folha: oposição vai investigar ONG de pai de Padilha Terra: Padilha faz convênio de R$ 199 mil com ONG fundada por seu pai. A TROCA DE EMAILS Para fazer a reportagem, o jornal consultou a ONG. E dela recebeu as seguintes informações: Em 27.01.2014 12:30, Fernanda Odilla escreveu: Prezado Rafael, tudo bem? Estamos fazendo matéria sobre os dois convênios que a Koinonia assinaram com o governo federal (Justiça e Saúde) no fim de 2013. Assim, gostaria de saber: - Em relação aos dois convênios: o que os projetos prevêem, eles já começaram e algum valor já foi liberado? - O fato do sócio da Koinonia, Anivaldo Padilha, ser pai de Alexandre Padilha pesou, de alguma forma, na seleção dos projetos pelo governo federal? Como? - Além desses dois convênios, a Koinonia tem alguma outra parceria com os ministérios da Justiça e da Saúde? Quais? - Como sócio da Koinonia, quais são as atribuições de Anivaldo Padilha na instituição? Preciso dessas informações ainda hoje, segunda (27/01), até as 18h. Estou a disposição para qualquer dúvida. Em 27 de janeiro de 2014 Rafael Soares de Oliveira escreveu: Prezada Sra. Fernanda, Com prazer responderemos as suas perguntas. Todos os dados sobre os Convênios de KOINONIA estão disponíveis no Portal de Convênios www.convenios.gov.br. O Sr. Anivaldo é nosso associado e tem por obrigação participar de nossas Assembleias. Sempre participamos de editais públicos e submetidos às suas regras, com isenção e espírito público. Se a Sra. necessita de maiores informações e detalhes poderemos fazê-lo a partir de quarta, 29 pela manhã, pois estamos em reunião interna de avaliação e planejamento até dia 29 e sem maior tempo para isso antes disso. Atenciosamente, Rafael Soares de Oliveira Diretor Executivo KOINONIA Presença Ecumênica e Serviço Em 29 de janeiro, Fernanda Odilla escreveu Prezado, como combinamos, gostaria apenas de esclarecer essas dúvidas: - qual é a participação dos associados nas assembleias anuais? eles decidem apenas linhas gerais ou participam da indicação e/ou sugestão de projetos? - além do convênio firmado no ano passado e do repasse de R$ 60 mil para o seminário “Fortalecendo laços: Seminário Regional Inter-Religioso de incentivo ao diagnóstico precoce ao HIV” em 2011, quais são os outros repasses do Ministério da Saúde com a Koinonia? - quem financia as principais atividades e projetos da Koinonia? São os convenios com o governo federal, com organismos internacionais, doações ou recursos próprios? Em 29 de janeiro, Rafael Soares de Oliveira escreveu: Prezada Fernanda, Com Amor e pela Justiça! A Organização Ecumênica KOINONIA é uma instituição sem fins lucrativos que completa – em 2014 – 20 anos de trabalho. Tem entre suas diversas fundadoras e fundadores o sociólogo Herbert de Souza, o Betinho, o escritor Rubem Alves e o educador Carlos Brandão e atua nas áreas de saúde, combate ao racismo, direitos civis e humanos e liberdades religiosas. Durante esses 20 anos, a entidade firmou convênios, parcerias e contratos de cooperação com organismos internacionais – Escritório das Nações Unidas contra Drogas e Crime (UNODC), União Europeia, Ford Foundation (EUA), Christian Aid (Reino Unido), Church World Service (EUA), Conselho Mundial de Igrejas (Suiça), Igreja Unida do Canadá, Igreja Anglicana do Canadá, ACT Alliance, Igreja da Suécia, Canadian Foodgrains Bank, Norwegian Church Aid, entre outros. Cabe informar que grande parte da receita da entidade é obtida por meio do financiamento das entidades e organismos internacionais. Em 2013, por exemplo, do total do orçamento da KOINONIA, 85,96% foi composto por doações internacionais e nacionais não-governamentais. Os recursos governamentais compuseram 14,04% da receita. KOINONIA conta com 45 associados e associadas que definem as linhas gerais de ação e elegem por meio da Assembleia Geral sua Diretoria e Conselho Fiscal para um mandato de três anos, sem qualquer tipo de remuneração – conforme Código Civil. A área executiva é remunerada e contratada pela Diretoria. Compunham até 2009 essa área executiva os cargos de Diretor Executivo e Secretário de Planejamento e Cooperação. Projetos, convênios, orçamentos são atribuição e mandato da Diretoria e são fiscalizados pelo Conselho Fiscal. O senhor Anivaldo Padilha é associado da entidade e exerceu a função de Secretário de Planejamento e Cooperação, recentemente, de 01 de janeiro de 2007 a 25 de setembro de 2009. Nesta data, entregou à entidade carta pedindo afastamento das funções de Secretário de Planejamento e Cooperação(segue em anexo). Ocasião em que se extinguiu a ocupação do referido cargo. A prestação de contas da KOINONIA é analisada pelo Conselho Fiscal, aprovada pela Assembleia Geral anualmente. A entidade tem como prática submeter as contas à auditoria externa, também anualmente. Atenciosa e fraternalmente, Rafael Soares de Oliveira Diretor Executivo Em 29 de janeiro, Rafael Soares Oliveira escreveu Prezada Fernanda, Com Amor e pela Justiça! Em resposta adicional à sua pergunta telefônica. KOINONIA teve contratados recursos via Ministério da Saúde em 1999, pelo Contrato de Financiamento de Atividades para o Projeto “Mulheres e Aids: Ações Preventivas Através das Igrejas”, no valor de R$ 39.158,00. Atenciosa e fraternalmente, Rafael Soares de Oliveira Diretor Executivo As matérias publicadas As matérias, como foram publicadas Padilha assina convênio com ONG fundada pelo pai Repasse de R$ 199,8 mil prevê ações de prevenção a doenças como Aids Acordo foi firmado antes de o ministro deixar a pasta para assumir pré-campanha ao governo de São Paulo FERNANDA ODILLA DE BRASÍLIA Antes de deixar o comando do Ministério da Saúde para se dedicar à pré-campanha ao governo paulista pelo PT, Alexandre Padilha assinou convênio de R$ 199,8 mil com uma entidade da qual o seu pai, Anivaldo Pereira Padilha, é sócio e fundador. No dia 28 de dezembro de 2013, a ONG Koinonia – Presença Ecumênica e Serviço e o Ministério da Saúde firmaram acordo para executar “ações de promoção e prevenção de vigilância em saúde”. O convênio prevê, até dezembro, a capacitação de 60 jovens e a formação de outros 30. Por meio de palestras, aulas e jogos, eles serão treinados sobre como evitar e tratar doenças sexualmente transmissíveis, como a Aids. Apesar de a entidade ter representação no Rio, em Salvador e em São Paulo, o projeto que conta com verba do Ministério da Saúde será executado somente na capital paulista, segundo funcionários da Koinonia. O convênio assinado por Padilha autoriza o empenho da da verba, o que significa que o ministério já se comprometeu a pagar os R$ 199,8 mil à ONG, embora ainda não tenha feito o desembolso. Anivaldo nega qualquer irregularidade ou favorecimento na escolha da entidade, assim como o ministério (leia texto nesta página). O pai do ministro diz ainda que, desde 2009, não exerce função na coordenação de projetos, nem das instâncias de decisão da entidade. Admite, no entanto, que é convidado a participar de palestras e eventos em que relata as ações da organização. Como sócio da entidade, está previsto que ele participe das assembleias que, anualmente, definem as linhas gerais de atuação da ONG. Desde 1998, a Koinonia fez pelo menos nove convênios com diferentes ministérios que, juntos, somam cerca de R$ 1,75 milhão. Na gestão de Padilha na Saúde, além do assinado em dezembro, a ONG também firmou um termo de compromisso de R$ 60 mil para promoção de um seminário em 2011. No final de 2013, a entidade assinou convênio com o Ministério da Justiça no valor de R$ 262,1 mil para colher depoimentos e fazer documentários, site e livro sobre a participação protestante na luta contra a ditadura militar. A Koinonia, presidida pelo bispo emérito da Igreja Metodista do Rio, Paulo Ayres Mattos, se autodefine como “um ator político do movimento ecumênico e que presta serviços ao movimento social”. A ONG participa de projetos ligados sobretudo à comunidade negra, trabalhadores rurais e jovens. Padilha desembarcará definitivamente em São Paulo na próxima semana e, no dia 7, a ideia é que dê início a uma caravana pelo interior. O ministro concentrou no Estado a participação em atos oficiais desde o fim do ano passado, quando sua situação de pré-candidato do PT já estava definida. O ministério afirmou à época que Padilha atendia a convites e que São Paulo “concentra o maior número de unidades de saúde, possui hospitais de excelência e entidades do setor”. Ministério diz ter seguido as regras oficiais DE BRASÍLIA O Ministério da Saúde informou que o convênio com a entidade da qual o pai do ministro é sócio e fundador atendeu a critérios técnicos e que o processo de análise seguiu regras estabelecidas pela administração pública. Alexandre Padilha não se pronunciou sobre o caso. A Koinonia e Anivaldo Padilha também negaram qualquer influência política na seleção da entidade. “O fato de ser pai de Alexandre Padilha não pesou e nem influenciou na seleção de projetos”, disse Anivaldo. Ele afirmou ainda que, desde 2009, não participa da “supervisão ou coordenação de projetos, nem das instâncias de decisão da entidade”, apesar de seu nome constar como sócio no site da ONG. Anivaldo explicou que se desligou da direção da Koinonia quando o filho assumiu o comando da Secretaria de Relações Institucionais da Presidência da República, em 2009, para “cumprir o que determina a legislação e evitar qualquer tipo de conflito de interesse ou prejudicar a continuidade dos programas”. Depois de análise nos sistemas de convênios e parcerias, o ministério disse que identificou na gestão de Padilha, entre 2011 e 2014, a participação da entidade em quatro seleções, sendo que ela foi desclassificada em duas “por não atender aos critérios técnicos exigidos”. Além da parceria de R$ 199,8 mil com a Koinonia, a Saúde informou que, em dezembro de 2013, foram firmados outros 448 convênios com ONGs. “Sempre participamos de editais públicos e submetidos às suas regras, com isenção e espírito público”, disse Rafael Soares de Oliveira, diretor-executivo da Koinonia (Carta Maior)

Beijo Gay

Beijo de novela Por Juliana Cunha. Verdade, ter dois homens se beijando na novela é um primeiro passo. Mas um primeiro passo rumo a quê? Rumo ao projeto de inclusão de quem e por quem? Em que termos essa inclusão se dará? O problema crucial dessas inclusões televisivas empreendidas pelas novelas da Globo é o achatamento das diferenças. Quando é tolerado na televisão, o diferente passa a ser igual. É assim que temos pessoas de todas as etnias, origens, rendas, religiões e até nacionalidades representadas em novelas, mas pensando exatamente como a classe dominante brasileira (ainda que seus pensamentos costumem ser uma mímese rasteira e simplificada dos pensamentos da classe dominante brasileira, que é para ficar mais “realista”, pontuada aqui e acolá por uma excentricidade desimportante só para dar uma cor local). Os gays que se beijam na novela são dois atores heterossexuais, brancos, lindos, magros, discretos, masculinizados, ricos, cisgêneros que dão uma bitoquinha chocha e assexuada. Nada disso ajuda a lidar com as diferenças, só passa uma impressão infantilizada de que a discriminação é sempre um capricho fruto de ignorância e que pode ser resolvida com PowerPoints e panfletos explicativos e não um posicionamento político violento de manutenção de privilégios historicamente adquiridos. A dificuldade em lidar com o diferente reside justamente no fato de que ele não é como a gente, é fruto de outra experiência pessoal, de outra experiência histórica, tem outros anseios, outro código moral, outras necessidades, insiste em pensar, agir, consumir, se relacionar, produzir cultura, se vestir, falar, votar, transar e criar os filhos de modo diferente do nosso. Produtos culturais que vendem a ideia de igualdade e homogeneidade não estão ensinando a sociedade maior a respeitar o diferente, estão ensinando o diferente a se moldar de um jeito que ele possa ocupar um espacinho delimitado na sociedade maior, que faz um grande estardalhaço para mostrar como é boa de alma por recebê-lo no quarto de hóspedes da vida em sociedade. Troque seu beijo de novela por um beijinho no ombro e seja gay (ou gordo, ou pobre, ou negro, ou estrangeiro, ou nordestino, ou deficiente físico, ou do terreiro) em seus próprios termos. Fonte: Blog da Juliana Cunha.